Almudena Grandes y Pablo Méndez ganadores de los Premios de la Crítica de Madrid de novela y poesía respectivamente

Los escritores madrileños Almudena Grandes, y Pablo Méndez han resultado ganadores del Premio de la Crítica de Madrid que otorga la Asociación de escritores y críticos madrileños.

 

Inés y la alegría, de Almudena Grandes ofrece al lector un capítulo casi desconocido de la Guerra Civil y mantiene vivos desde las primeras páginas la intensidad, la conciencia y el nervio narrativo que ha convertido a su autora en una de las novelistas más destacadas de la actualidad. Inés y la alegría, que es el inicio de una larga saga, está llamada a convertirse en una novela esencial para comprender el pasado, presente y futuro de nuestro país.

Almudena Grandes, nació en Madrid en 1960 y desde la publicación de su primera novela, Las edades de Lulú, ha ido construyendo una obra sólida, valiente, original y sorprendente. Inés y la alegría es, además, la primera incursión de Grandes en una historia alejada del presente y por tanto amplia su larga lista de registros. El jurado ha destacado la gran solvencia literaria e intelectual que Almudena Grandes demuestra en esta última novela y en toda su obra.

 

Ana Frank no puede ver la luna, el libro de Pablo Méndez, ganador en la convocatoria de poesía es una larga metáfora sobre la muerte y la literatura. Compuesto por tres partes, en la primera de ellas la elegía hacia la madre muerta se convierte en una larga prueba de esencia y profundidad, la segunda es un homenaje a las ciudad de París y los muchos escritores que allí vivieron, y la tercera, toda una descarga de lucidez en poemas breves, llamado por su autor, definiciones, que resuelven de un golpe poético el complicado espacio de lo breve y cotidiano.

Pablo Méndez nació en Madrid en 1975. Con sólo diecisiete años publicó su primer libro de poesía, Palabras de aire, y con menos de veinte fundó la editorial Ediciones Vitruvio, donde trabaja actualmente y donde ha publicado más de quinientos libros, especialmente de poesía. El jurado ha destacado la enorme sensibilidad de los poemas elegíacos del libro, su hondura en el tratamiento del dolor por la pérdida, y la originalidad que desarrolla Méndez en cada propuesta poética.